Mi visión del mundo
Este espacio será para publicar humildemente mis opiniones acerca de temas que considero importantes, espero que sean pacientes y buenos críticos
viernes, 6 de febrero de 2015
martes, 18 de noviembre de 2014
jueves, 30 de junio de 2011
De la enfermedad de Chávez, la cadena y la copa América
miércoles, 29 de diciembre de 2010
QUE GRAN 2010... QUE VIVA VENEZUELA, QUE VIVAN LOS ESTUDIANTES, QUE VIVA LA DEMOCRACIA
viernes, 24 de diciembre de 2010
FELIZ NAVIDAD
domingo, 19 de diciembre de 2010
Boves héroe de nuestra historia?
José Tomás Boves dista mucho de lo que consideramos un líder positivo. Prueba de ello son las opiniones encontradas acerca de su vida y la extrema dureza con que hacía cumplir sus designios como bien observamos en la lectura de la biografía escrita por Edgardo Mondolfi Gudat.
Sin embargo, y a riesgo de ser benevolente con el personaje, considero que muchos de sus rasgos son dignos de un verdadero líder y que haciendo a un lado su sanguinaria manera de llevar a cabo su campaña debemos aprender. Su capacidad de vencer las adversidades y levantarse a pesar de las vicisitudes vividas desde niño muestra un carácter que es necesario tener si queremos ser verdaderos líderes en el ámbito en el que nos lo propongamos.
Boves sirve de ejemplo en que no debemos caer en las mieles del poder y que debemos aprender como buenos líderes a diferenciar entre nuestro nivel de influencia en el equipo y el poder que ejercemos frente a ellos. José Tomás, pese a tener un liderazgo definido y una gran capacidad negociación, nunca supo gerenciar sus ventajas. Esto nos enseña que debemos saber tomar decisiones adecuadas y sobretodo aceptar los errores que como seres humanos podemos cometer en un momento de nuestro liderazgo.
Si algo nos dejó José Tomás Boves fue esa manera tan coloquial de ganarse adeptos a su ejército y que aunque un buen líder debe buscar concatenar el mayor número de valores, no necesariamente es obligatorio tenerlos para ser querido y respetado por un grupo de personas, así como lo fue Boves para su ejército.
domingo, 21 de noviembre de 2010
La institucionalidad y la democracia
Vivimos en un mundo globalizado y con cambios constantes, que nos llevan a reinventarnos minuto a minuto. Los partidos políticos no están exentos de esta situación y en nuestro país, donde han sido tan abiertamente atacados, muchísimo menos. Es por ello que requieren reflexionar, reaccionar y reinventarse.
La última década en Venezuela nos ha mostrado que una gran cantidad de venezolanos han ido progresivamente perdiendo la creencia en las organizaciones políticas, porque desviaron el rumbo, porque se apartaron de su ideología o porque se desconectaron de los ciudadanos. Sin embargo, todavía existen personas que consideran de vital importancia el trabajo partidista para la recuperación de los espacios políticos en Venezuela y es por esta razón que debemos conseguir la forma de impulsar el crecimiento de estas organizaciones desde un liderazgo sólido y comprometido.
Esa reinvención de la que hablamos anteriormente y que es la que permite que se prevalezca en el tiempo, debe venir acompañada de un plan de trabajo que abarque el presente y el futuro de la organización y donde exista una estrecha relación con la formación ideológica y el compromiso. Si algo nos ha faltado a los venezolanos ha sido concientización ideológica que permita a todos y a cada uno de los militantes de las organizaciones poder defender con criterio su pertenencia y sus propuestas. Es en este punto donde la visión del líder es de carácter primordial.
Y así como hablamos de fallas y faltas en la sociedad, podemos y debemos criticar también la manera en como los partidos políticos en el país fueron olvidándose paulatinamente de la realidad vivida en cada una de las comunidades y dejaron de lado a las bases. Ante este hecho, un verdadero líder, además de una cantidad de valores que lo reconozcan como tal (honesto, empático, comunicador, entre otros), debe saber entender a sus seguidores y compañeros partidistas y ser pionero en la consecución de las metas planteadas por la organización. Con este propósito, se debe unir la búsqueda exhaustiva del crecimiento y fortalecimiento desde las bases comunitarias del partido junto a la revisión y reflexión permanentes, lo que permitirá que tanto el líder como la organización se mantengan vigentes en el devenir histórico.
Con respecto al liderazgo, Joseph Luft (1978) habla sobre la influencia de un individuo sobre otros y el vínculo encontrado en el poder de recompensar y castigar. Yo diría que más que el hecho de un estímulo, sea este positivo o negativo, lo que debería existir es una empatía entre ambas partes dada por la concordancia de valores y que permita un diálogo fluido dentro de estas organizaciones.
De los muchos valores que se le piden a un buen líder, está el de la formación. A veces nos preguntamos ¿es realmente necesaria la formación política del líder? Particularmente pienso que sí es importante que la persona que decide hacer vida política se prepare para ello y pueda representar dignamente a los que creen en él. Sin embargo, no solo debe ser el líder quien se forme, sino también las organizaciones, por cuanto al hablar de los errores que llevaron al descrédito y desarraigo de los partidos políticos por parte de los militantes y el rechazo colectivo a estos de la sociedad en general se mencionó la falta de ideología.
El buen líder debe siempre ir de la mano con las bases y su gente, ya que estos son los que por pensamiento o por corazón lo apoyarán en las decisiones y en los actos que realice. Si uno de los fines de la política es la consecución de la justicia social, entonces no debemos olvidar los problemas vividos en nuestras comunidades y que un líder, a través de esa formación, puede ser el enlace para la obtención de las mejores soluciones a través de sistemas de acciones organizados.
Últimamente, la gran mayoría de los venezolanos consideran que uno de los factores fundamentales para la recuperación de la democracia y el hilo constitucional son los partidos políticos; pero no un partido que se base en el padrinazgo o los llamados cogollos, sino en el entendimiento de la meritocracia, la formación en sus diversas formas y la conexión con el entorno. Todo esto permitirá disminuir la desconfianza en las instituciones de parte del común denominador y fomentar la participación ciudadana.
Con base en lo expuesto y tomando en cuenta lo comentado por España, (2003) en “El pueblo y consenso”, una sociedad con grandes carencias de normas debe contar con líderes que contribuyan a consolidar los partidos políticos, ayuden en la maduración de los proyectos sociales, faciliten la renovación generacional para la reconstrucción del país y capitalicen los esfuerzos realizados con el colectivo y se consiga el crecimiento progresivo tan necesario para la democracia en nuestros tiempos.